Reinaldo Ojeda: "Mi Muleta es como mi alma"

Fuente: Cache Google - Edicion Digital Diario El Pais

No solamente en Bogotá se conoce a Reinaldo Ojeda. Miles de personas ya lo han visto en Internet, gracias a la publicacion del video de Santo, pero mas que simplemente aparecer en YouTube, lo que lo hace tan conocido es su capacidad para bailar. La primera vez que lo ví fue en el Bar Antifaz, y en medio del bullicio se le veia bailar a la perfeccion. Pero las cosas no se quedan ahi, Reinaldo quiere seguir con sus sueños, y en esta nota que hizo el diario el Pais, resalta su valor, sus objetivos, y apartes de la vida y objetivos del Bailarin Colombiano mas conocido en el entorno salsero bogotano. - Salsa!Bogotá


Más allá de la noticia
"Mi muleta es como mi alma"
Mayo 22 de 2007

Cuando baila nadie se fija en la pierna que nunca fue. De joven, las mujeres le hacían el feo en las fiestas por su discapacidad. Hoy todas se mueren por bailar con él.

Por José María Baldoví Giraldo - Redacción de El Pais, Bogotá. El mejor bailarín de salsa de Bogotá vive entre muleta y prótesis. Aunque a decir verdad, las prótesis han sido la excepción y la muleta, la única que usa, es su extremidad predilecta. Y cuando baila nadie se fija en la pierna que nunca fue.

Reinaldo Ojeda nació hace 32 años en Bogotá, se crió en Ipiales, Nariño, y su discapacidad de nacimiento jamás fue un obstáculo para jugar a las escondidas, al fútbol o al baloncesto. Siempre contó con el apoyo de su padres, de sus hermanos, de toda su familia.

Lejos de sentirse en desventaja por tener una extremidad menos, ha convivido con dos mujeres (dice que no le jala al matrimonio), trabaja hace diez años en un 'callcenter', dicta clases de baile los fines de semana y gana cuanto concurso de salsa se realiza en Bogotá .

Su show es la mayor atracción del sur de la capital colombiana y hace seis meses que sus videos se observan en Youtube.

Vitrina que le ha dejado una invitación para ir al Congreso Mundial de Salsa –a finales de año en Miami– y al Show de Don Francisco. Sin embargo, los trámites en la embajada de EE.UU. y su delgada billetera han aplazado la solicitud de su visa.

Superación. Pero Reinaldo no se desanima. Desde que recuerda, es especialista en vencer vicisitudes. Como cuando a los 4 años su padre le fabricó sus primeras muletas y cuatro años después se acomodó su primera prótesis, que en vez de facilitarle la existencia, se la complicó, porque tenía que dejar de correr y caminar muy despacio.

A los 12 años, su padre, tras un sinnúmero de vueltas en el Seguro Social, empanadas bailables y rifas de barrio, logró que le ordenaran una nueva prótesis. Mientras tanto, aprendió a bailar con su mamá, una maestra alegre que, sin saberlo, le estaba trazando la carrera a su hijo.

El panorama cambió, de regreso a Bogotá, para que Reinaldo cursara el bachillerato. El niño aprendió a montar en bicicleta y nunca se acomplejó porque en las fiestas las niñas bonitas le hicieran el feo. En cambio, ahora las mujeres mueren por bailar con él, "incluso, le coquetean delante mío, se matriculan en sus clases y dicen todo el tiempo "¡ ay, tan divino!", cuenta su compañera Claudia Mora.

Apenas los presentaron, hace tres años, la invitó a almorzar y a bailar. Ella le cogió el 'swing' y hoy siguen comiendo perdices. De su primera pareja, el bailarín tiene una niña de 2 años que es "como mi cielo".

En sus propias palabras "Estoy volando y lo que más necesito ahora es un patrocinio para viajar a Estados Unidos y participar en el Congreso Mundial de Salsa de Miami. También necesito una mano en la embajada para tramitar rápido mi visa". Reinaldo Ojeda, en entrevista para El Pais.

En 1996, cuando Reinaldo tenía 21 años, surtieron efecto las gestiones de ley como afiliado al Seguro Social. Luego de tomarle las medidas y hacer las cotizaciones resultó que la empresa ortopédica que ganó el contrato pertenecía al especialista que a los 8 años le había hecho la primera prótesis que Reinaldo usó en su vida.

Esperanzado, fue a recoger su pierna, pero días después comprobó que se le iba para un lado. Por alguna razón, no encajaba del todo en la cadera. Había detalles por corregir.

Reinado y su padre fueron de nuevo donde el ortopedista, le llevaron la prótesis con la que el bailarín había azotado baldosa a los 12 años, pero allí quedaron sus sueños. En vez de arreglar la pierna, el fabricante, con cualquier pretexto, pidió una plata extra y le hizo firmar un papel. Jamás lo volvieron a ver.

Amargado, Reinaldo volvió a su fiel muleta, se metió a trabajar a una empresa de mecánica, aprendió sistemas y se instaló en una compañía de servicio al cliente.

De modo que una noche, hace siete años, animado por los recuerdos de la orquesta de su abuelo y por la voz de cristal de su madre, muy famosa en el Cauca, Ojeda se fue para un bar del sur de Bogotá y se puso a bailar.

El dueño del local se entusiasmó al ver su capacidad para bailar pese a su discapacidad, le puso un profesor y Reinaldo aprendió a maniobrar a la perfección su muleta: porque cuando toca apretar a su pareja o darle la vuelta, la deja en el suelo. Y cuando lo posee el sonido bestial logra que su pierna derecha, la de carne y hueso, se luzca por dos.

Reinaldo también está bregando para que lo acepten en el mundial de salsa de Japón, pues los organizadores se resisten a admitir a alguien que no se mueva sobre sus piernas naturales. "Pero es que mi muleta es parte de mi cuerpo, ella es mi otra pierna", dice.

"Nunca me imaginé que fuera a ser bailarín –comenta antes de salir para 'El alma de la salsa'–, el bar en donde su fanaticada de los viernes lo espera con fervor, y ahora no hay quien me baje de esta ilusión".

Para recordar

Las personas o entidades interesadas en respaldar las aspiraciones del bailarín bogotano Reinaldo Ojeda se pueden comunicar a los celulares: 313-3295999 ó 313-3294795